Cádiz es una ciudad con una larga y rica historia, que se remonta a más de tres mil años. Su situación estratégica en el sur de la península ibérica, entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, la convirtió en un importante centro comercial y cultural de diversas civilizaciones, como los fenicios, los romanos, los árabes y los cristianos. Su patrimonio monumental refleja esta diversidad y singularidad, y entre sus edificios más emblemáticos se encuentran sus dos catedrales: la vieja y la nueva. En este artículo, te hablaremos de ellas.

La catedral vieja

La catedral vieja de Cádiz, también conocida como iglesia de Santa Cruz, se levanta sobre el solar de una antigua mezquita que, a su vez, se cree que se construyó sobre un templo romano o paleocristiano. La primera iglesia cristiana fue mandada edificar por el rey Alfonso X el Sabio en el siglo XIII, pero sufrió varias destrucciones y reconstrucciones a lo largo de los siglos.

La actual catedral vieja es de estilo manierista y barroco y se terminó en el año 1602. Tiene una planta rectangular, con tres naves separadas por columnas toscanas y una cúpula semiesférica sobre el crucero. El exterior de la cubierta es de azulejos de varios colores y el campanario, separado del resto de la iglesia, está coronado por un chapitel también de azulejos polícromos.

La catedral vieja fue la sede de la diócesis de Cádiz hasta el año 1838, cuando se trasladó a la catedral nueva. Desde entonces, funciona como iglesia parroquial y como contaduría eclesiástica. Se puede visitar de forma gratuita y admirar su rico patrimonio artístico, que incluye obras de Zurbarán, Murillo y Rubens, entre otros.

La catedral nueva

La catedral nueva de Cádiz, o catedral de Santa Cruz sobre el mar, se empezó a construir en el año 1722, con el objetivo de sustituir a la antigua catedral, que se encontraba en un deficiente estado de conservación tras el saqueo que sufrió Cádiz en 1596 por parte de una escuadra anglo-holandesa. La decisión de edificar una nueva catedral se debió también al auge económico y demográfico que experimentó la ciudad en el siglo XVIII, gracias al comercio con América.

La catedral nueva se ubicó en la plaza de la Catedral, junto al mar, y se orientó de forma que fuera visible desde la entrada de las naves al puerto de Cádiz. Su construcción duró más de un siglo y se vio afectada por diversos problemas técnicos, económicos y políticos, que obligaron a modificar el proyecto original. El resultado es una catedral de estilo barroco y neoclásico, con una planta de cruz latina, tres naves y una amplia girola. La fachada principal tiene tres puertas y dos torres gemelas. La cúpula, de gran tamaño y original diseño, está recubierta de azulejos dorados, que le dan un aspecto característico.

La catedral nueva se consagró en noviembre del año 1838 y, desde entonces, es la sede de la diócesis de Cádiz y Ceuta. Se puede acceder a su interior previo pago de una entrada, y contemplar su riqueza artística, que incluye pinturas, esculturas, retablos y el coro, con un órgano del siglo XIX. También se puede subir a la torre del reloj, desde donde se obtienen unas magníficas vistas de la ciudad y el mar.

Ven a conocer las catedrales de Cádiz

Cádiz es, por tanto, una ciudad con dos catedrales, que testimonian su historia y su cultura.
Ambas catedrales son dignas de visitar y de admirar y forman parte del patrimonio de la ciudad más antigua de occidente. Aunque Cádiz no es la única ciudad española que cuenta con dos catedrales, también las tienen Zaragoza, Salamanca, Lérida, Plasencia y Vitoria. Sin embargo, Cádiz es la única que tiene una catedral vieja y una nueva, que se distinguen por su estilo, su ubicación y su historia.

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